El proyecto Hongusto es un proyecto de innovación social en torno a los hongos comestibles en Aysén que comenzó, como iniciativa académica, en 2016. Como tal, busca desarrollar una actividad productiva que conduzca a un beneficio social, además del económico.
CORFO ha venido desarrollando un Programa de Innovación Social en la región de Aysén, que comenzó como piloto durante el año 2014, con el apoyo del CNID (Consejo de Innovación para el Desarrollo) y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo). Esta experiencia demostró las ganas, y la relevancia de que los territorios se involucren en la construcción de políticas públicas regionales y participativas, que se anclan y colaboren en la resolución de las problemáticas y desafíos de las propias comunidades.
Desde la institucionalidad pública se entiende la innovación social como "Una solución novedosa a un problema social que es más eficaz, eficiente, sostenible o justa que las soluciones existentes y para la cual el valor creado se genera principalmente para la sociedad en su conjunto, más que para individuos particulares" (Bases Prototipos de Innovación Social. Tomado de Phills, 2008).
En CORFO Aysén, estamos convencidos que los procesos de innovación y desarrollo que se insertan en las propias dinámicas locales, reforzando las identidades y acrecentando el capital social, son las que tienen más posibilidades de conducir a resultados sustentables en el tiempo. Esas son las características a las que apostó el proceso de innovación social en la Región de Aysén, siguiendo el modelo del I-LAB del BID que indica que "Uno de los elementos más importantes del enfoque es trabajar impulsados por la demanda. Son las mismas personas las que conocen mejor sus problemas y las diferentes aristas de su realidad, por lo que son ellos los que deben definir el problema a resolver".
Este proceso se desarrolló con la participación de organizaciones sociales, emprendedoras y emprendedores, universidades, ambientalistas y líderes locales, desde el levantamiento de necesidades, problemas y oportunidades sociales, confluyendo en la priorización de dos desafíos: La problemáticas asociadas al Medio Ambiente y a las oportunidades de la Juventud.
Este exitoso proceso ha sido destacado en diversas publicaciones, por ejemplo, la OCDE presentó como un caso destacado de política de innovación para la inclusión social. "Innovation Policies for Inclusiveness – Policy Cases. Prototypes of Social Innovation. Country: Chile". OCDE 2016. Marieke Goettsch "¿Quieres marcar goles de impacto social?, donde se ilustran las lecciones aprendidas que nos puede enseñar el equipo de Islandia a todos los que queremos hacer innovación social considerando el caso de Aysén.
Hoy son trece los “Prototipos de Innovación Social” que se están desarrollando en la Región, en diversas comunas y áreas. Se han generado importantes redes de colaboración entre empresas privadas, instituciones públicas, universidades, emprendedores e innovadores sociales, lo que ha permitido un movimiento social importante, circundado por la innovación y el cierre de brechas en las temáticas priorizadas, con el concurso de los propios involucrados, aportando de esta forma hacia un cambio cultural y una nueva forma de enfrentar los distintos desafíos regionales.
Uno de estos trece proyectos es precisamente el Prototipo de Innovación Social denominado Hongusto. Promoción de la cultura asociada a los hongos comestibles de la Región de Aysén” el que planteó como objetivo el desarrollo de un modelo de relacionamiento entre la ciencia y la comunidad, en torno a estas especies, poco conocidas, pero donde es posible rescatar muchos saberes y usos por parte de la ciudadanía.
En este contexto, se pone en valor los recursos naturales (hongos comestibles) de modo de ir generando una cultura en torno a su uso culinario y comercial. En definitiva el prototipo de innovación social apunta a este modelo de relacionamiento adaptable y replicable a otros tantos productos con valor para la comunidad, en donde la academia puede aportar con su conocimiento y el rescate del conocimiento vernacular y técnicas de cómo ese conocimiento es posible ponerlo en valor.
Es en este sentido que como una de las primeras acciones apuntó al levantamiento de información tanto bibliográfica, de terreno, como en primera persona, acerca de los hongos existentes en la región y los usos que las comunidades hacían de ellos junto, con análisis de laboratorio para reconocer hogos comestibles y ello da origen a esta publicación, como parte de las acciones del proyecto.
En este sentido destacamos este texto como un aporte al conocimiento y la valorización los saberes tanto científicos como populares y como aporte a los objetivos del propio proyecto.
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